martes, 11 de mayo de 2010

Sé que puedo.

Me tiemblas las piernas, pero no es por miedo o por frío, es por los nervios. Siento que en cualquier momento me van a fallar, van a ceder, y yo voy a caer al suelo.
He pasado por esto más veces, no sé qué pasa hoy pero es distinto. Me sudan las manos, no las puedo dejar quietar y el anillo que hace media hora estaba en su sitio está ahora moviéndose a un ritmo vertiginoso entre mis dedos, tengo un nudo en el estómago que no me deja tragar ni mi propia saliva, y me apetece grita.
Quedan 5 minutos. A cada segundo que pasa tengo más ganas de que llegue ya el "momento", quiero que el tiempo corra, pero al mismo tiempo quiero correr yo. Cuido los último detalles, ya que tengo que estar perfecta para cuando llegue la hora.
Cuando quiero darme cuenta es la hora. "Vamos Eva" me digo a mí misma "Tú puedes", respiro hondo, y...

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