lunes, 12 de julio de 2010

Demasiado bus..

Y volvemos a las calurosas calles de Daimiel.
Después 30 horas en el bus, después de nuestra guerra con los mosquito y de algún que otra rabieta, volvemos a la normalidad.
Llegamos tarde, cansados y con sueño. Después de instalarnos y de revisar los rincones en busca de posibles visitantes indeseados, las camas se unieron para lo que iba a ser una noche de cotilleos, conversaciones y consejos, para después dormir algo. Finalmente, además la noche esperada también fue una noche de ASESINATOS!! La población de mosquitos de Tomiño quedó reducida a la mitad después de esa noche...
Otro momento para recordar es la visita de Cásper, el fantasma que en vez de asustar, huye de sus víctimas.
Empieza a amanecer y nosotras seguimos sin dormir... los mosquitos no nos dejan. Cuando por fin conseguimos cerrar los ojos, ya es la hora de levantarse.
Una excursión un tanto cansada, tantas horas de autobús nos está afectado demasiado. Pero la tarde mejora cuando la piscina hace acto de presencia. Bombas, juegos, sol ¿qué más se puede pedir? Ah sí, nos falta gente... Virginia y Teresa, se os ha echado de menos.
Las actuación no sería de las mejores, pero tampoco de las peores.
Y de nuevo llega la noche, de también la piscina. El baño de madrugada fue inmejorable: risas, estrellas fugaces, etc.
Cuando llega el domingo llega nuestro regreso y otras diez horas de viaje, aunque esta vez tengo el incentivo de saber quién me espera en la estación...

No ha sido el mejor viaje, pero será uno para recordar siempre.

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