lunes, 18 de marzo de 2013

Cierra los ojos, y sueña que no hay mundo.

Porque la clave de la felicidad no es saber apreciar los detalles. No es saber aprovechar los pequeños momentos ni aceptar nuestros defectos. Tampoco está en saber qué queremos, a dónde vamos o cuáles son nuestros objetivos.

La clave de la felicidad es más sencilla que todo esto. ¿Quieres ser feliz? Sé un ignorante. La clave para saber disfrutar, para saber sonreír, es no saber.

No saber que el mundo se va a la mierda; no saber que tus amigos en realidad son tus mayores enemigos; no saber que por mucho que la gente se empeñe, el dinero sí da felicidad, al menos en grandísima medida, y que en este puto mundo, sin dinero no vas a ningún sitio y te mueres de hambre; no saber que detrás de todos los amores de película no hay más que un guión; no saber que cada día mueren miles de niños de hambre, y que a gente se suicida por los malditos desahucios...

Porque hemos llegado a un punto en la historia en el que saber te priva de la plena felicidad. Porque si no quieres ser un ignorante, la felicidad total te pilla lejos. Pero ¿qué más da no tener la felicidad plena? Es absurdo gastar tu vida en algo que es imposible; porque si no te falla una cosa, te fallará la otra, y te deprimirás porque no eres 100% feliz. 

Aprovechad la felicidad que venga, sea mucha o sea poca. No elijáis ser ignorantes a cambio de una plena felicidad, porque vale más saber y disfrutar la felicidad que se tenga. Si sabes aprovecharla al 100%, tu vida estará completa. Haz esto, y todo lo que he dicho al principio que no hicierais, y os daré la enhorabuena.  

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