jueves, 23 de diciembre de 2010

Palabras


Van rajando a su paso, hieren con cada roce y hacen sangrar heridas cerradas, obligándolas a supurar recuerdos amargos hace tiempo olvidados. Brotan a través de las llagas frescas, en carne viva como ácido, corrompiendo la red de seguridad tejida con agujas de hechos. Esos recuerdos, amargos como la hiel, hirientes como la mismísima lanza de Longinus, pululan a sus anchas por cada rincón de la mente, dejando un rastro de tristeza a su paso.
¿Y qué puede tener tal poder sobre una mente madura, fuerte y consolidada? No hace falta nada fuera de lo común. Simplemente las palabras. Ésas que desgarran con sólo ser pronunciadas, que rompen todos tus esquemas con sólo ser oídas, que arrancan la sonrisa de tu cara sin tener siquiera ese fin.
Dicen que la palabra es la vía a la civilización, y que fue la vía de la evolución, pero hay veces que una frase silenciada hiere menos que una palabra hablada.

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miércoles, 22 de diciembre de 2010

Tschüss

Si sólo has venido a molestar, mejor hubiera sido que jamás hubieras existido. Irrumpes de forma espontánea, sin previo aviso o invitación, derrumbas en un segundo lo que con tanto esfuerzo construyo en semanas, y te es indiferente. Daría cualquier cosa porque desaparecieras para siempre, te esfumases con el viento y éste te llevase lo más lejos posible.
¿Porqué no lo pruebas? Quizás te gusta...

viernes, 3 de diciembre de 2010

Integrante de un grupo satánico quema 7 iglesias.

"Integrante de un grupo de Black metal quema 7 iglesias en Noruega como acto reivindicativo"
¿De verdad? ¿Acto reivindicativo? ¿De verdad creéis que quemar un simple edificio abolirá la iglesia? Ingenuo el que lo crea.
A la Iglesia, como institución poderosa y teniendo las arcas llenas, a rebosar, le es indiferente que un psicótico queme 7 edificios cuando en tres meses pueden tener uno igual o incluso mejor.
Quemando una iglesia, lo único que se consigue es destruir una obra de arte, una obra arquitectónica que habrá costado años construir y que en cuestión de minutos queda reducido a cenizas.
El edificio en sí sólo representa un lugar de culto, señala la existencia de un lugar donde practicar tu religión, pero nada más. ¿Y las imágenes? Una imagen puede considerarse algún Santo, pero ¿qué es en definitiva? Madera, escayola, pintura... nada más.
Todo lo quemado puede representar muchas cosas, todo lo que el ser humano quiera imaginar, pero en sí, quemar una iglesia es como quemar... ¿una casa? sí, algo así. Un delito, sólo eso.