Sé que algún día todo esto te será desvelado y tu mente procesará sin tutorial. Sólo por eso, dejaré que sigas disfrutando... si es que lo haces. Y dejaré que poco a poco vayas apartando de tus ojos las manos de aquella persona que un día decidió tapártelos, sumiendo tu raciocinio en la más absoluto tenebrismo.
¡Ah! Un último consejo:
Procura tener los ojos entornados cuando decidas quitarte esas zarpas que te ciegan.
El cambio de luz puede ser muy doloroso para tus ojos...
Quizás entonces te sorprenda ver la oscuridad que primaba en tu mirada.
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