lunes, 22 de noviembre de 2010

Tye-méla.

Y ahora que he recorrido el principio del camino cogida de tu mano, no imagino el final si tú no estás en él.

martes, 16 de noviembre de 2010

Comprendo, luego existo.

"Bota, bota mi pelota. Mi papá me compra otra..."
Qué razón tiene esta simple cancioncilla popular de niños de 5 años, si la aplicas cuando debes a situaciones de gente supuestamente madura y racional.
¿Acaso no vale más aquel que comprende, que aquel que memoriza y luego regurgita sin saber siquiera lo que pone?
No penséis que me meto con aquel que ve la vida como si fuera un libro de texto, el cual quiere memorizar para saber actuar. Simplemente me pregunto, ¿no tiene más valor el que comprende, aunque tenga menos conocimientos sobre el método de actuación? Para mí sí.

Yo prefiero actuar siendo consciente de mis actos, y comprendiendo todo lo que me va sucediendo. ¿Y tú?

jueves, 4 de noviembre de 2010

Porque existes.


El corazón parece que de un momento a otro va a salir corriendo, va a huir de mí y me va a dejar en la estacada.

Respira.

Pero aún respirando despacio no puedo controlarme. Mis pensamientos sólo consiguen centrarse en dos cosas: en no desmayarme de puro nervio, y en él. Y él se lleva casi el 90% de toda mi atención.

Mientras se acerca el momento recuerdo con nostalgia el pasado y en mi evasión sólo encuentro felicidad. Mucha felicidad que él ha sido capaz de engendrar en mí, felicidad que sólo él ha sabido mantener durante el mejor medio año de vida. Porque ya son seis meses.

Porque ya hace seis meses que pasó lo mejor que podía haberme pasado en la vida.

Porque ya hace seis meses que cambié de mentalidad y confié en alguien.

Porque ya hace seis meses desde que empecé a compartir mi vida con lo mejor habido y por haber.

Han sido seis meses de risas, muchas risas. Llantos y consolaciones. Chistes y confesiones. Períodos de paz, y períodos de guerra abierta. Fotos, regalos, sorpresas, besos, abrazos, más besos, tonterías y meteduras de pata. Cenas, comidas, días enteros, planes y tardes sin planificar. Conejos y filósofos. Secretos y tortugas. Subidas, con sus correspondientes bajadas. Un río, una manta y el sol molestado. Juegos, golosinas y meditaciones.

Son tantas y tantas cosas buenas las que podría seguir contando que todo lo malo queda reducido a… nada. Porque de han sido 184 días juntos, de los cuales el 99% han sido perfectos, y quizás el 1% casi.

Porque tú, has conseguido lo que nunca nadie antes me había hecho sentir. Has sacado todo lo malo, has purificado lo que antes otros habían manchado, y has escombrado una ruina para alzar en ella lo que ahora soy. Podría comparárseme con una catedral gótica, que sería lo más bello habido y por haber, pero antes que yo, estás tú, así que el título te pertenece a ti.