lunes, 28 de noviembre de 2011

A grandes males, grandes remedios.

No sé por qué lo hice. No sé cómo tuve el valor de dar el paso. No sé siquiera cómo pude soportar leer tantas cosas que me embarcaron en un viaje al mundo que ya creía olvidado.
Aún desconozco si eso me benefició o  me marcó más de lo que ya lo hizo un día. Creo que la desesperación del momento por no caer en los brazos del inoportuno Morfeo me hicieron llegar a la conclusión de que necesitaba una buena dosis de anfetaminas, algo que supiera que podía mantenerme despierta durante los 45 minutos que quedaban para salir de allí. A falta de cafeína o aire frío, ¿qué mejor anfeta que el dolor?
Sólo leer me sirvió para despertar la más vieja y dolorosa herida que recuerdo. Me remonté al 2009 buscando eso en frases que no terminé de comprender, sentimientos que no conocía, momentos que no recuerdo porque parece ser que no me fueron revelados. Acto seguido, el objeto de mi búsqueda cambió. Sabía lo que iba a encontrar, y lo peor de todo es que sabía lo que eso supondría, pero eso no paró mi búsqueda.

viernes, 11 de noviembre de 2011

L und L.

"Un gran momento, un gran anochecer. Sangre. Placer. Pasión. Silencio ruidoso. Tú y yo. Agua y tambaleo. Nada más.
Y nada enturbiará este momento, porque es tuyo y mío. El barco desaparece bajo nuestros cuerpos, el jergón no existe. La unión deseada, sólo para ti. Sentir la fusión, la sangre correr de nuevo por mis venas, el calor humano de la vida, y sentirte sobre todo a ti. Ahora ya no hay marcha atrás.
Soy  tuya, eres mío. Y nadie romperá el vínculo que nos ha unido por y para siempre...
Tranquilidad... nuestros labios cerrando heridas. Nuestra existencia, sentenciando pensamientos hasta ahora acallados, pero nunca más así será.
Ich liebe dich, L."