martes, 31 de agosto de 2010

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Nada.
Vacío.
Silencio.
¿Oscuridad?
Apenas un reflejo.
¿Sigilo?
Pisadas desde lejos.
No estoy, no siento.
No quiero, no puedo.
¿Porqué?
Nadie lo sabe.
¿Yo? Yo menos.
Frío de invierno.
¿Fecha?
Queda mucho para enero.
No pensar. No buscar.
Si encuentras... ¿qué más da?

viernes, 20 de agosto de 2010

Sentir


Nacer, crecer, comer, respirar, correr, morir, jugar, reír, llorar...
Son tantas las cosas que haces a lo largo de tu vida... Cosas inevitables como respirar, o parpadear. Cosas menos comunes como volar, o viajar. Y cosas que sólo sientes una vez como amar.
Puedes pensar que ya has amado a alguien, pero al tiempo te das cuenta de que no era así. Te das cuenta de que has conocido a alguien que te hace incluso más especial, por la que sientes más amor que antes lo sentiste y con la que te gustaría pasar el resto de tu vida.
Hay cosas que puedes evitar o al menos intentarlo pero sentir amor... eso es algo que llega solo, se instala en ti sin pedir permiso y deambula a sus anchas por todo tu cuerpo sin darte oportunidad a rechistar por su elección.
Pero ¿acaso no es eso lo más bonito que te pueda pasar en la vida? ¿acaso estar enamorado no es un estado en el que tú eres feliz y además haces feliz a la otra persona?
No siempre es así, pero cuando una persona ama de verdad sí lo es. Derrocha felicidad por cada poro de su cuerpo, y en su mirada se refleja el brillo de la ilusión.
"¿Quién eres tú para decir esto?" Estaréis pensado. Yo soy esa persona que se ha dado cuenta de que se puede amar sin dolor. Esa persona que es feliz si él es feliz, y que llora si él llora.
Gracias por hacerme sentir todo esto y más.

martes, 17 de agosto de 2010

Rima IX


Besa el aura que gime blandamente
las leves ondas que jugando riza;
el sol besa a la nube en occidente
y de púrpura y oro la matiza;
la llama en derredor del tronco ardiente
por besar a otra llama se desliza;
y hasta el sauce, inclinándose a su peso,
al río que le besa, vuelve un beso.

Gustavo Adolfo Becquer

sábado, 7 de agosto de 2010

Te quiero.

Sólo pensar que me alejo de ti hace que las ganas de volver aumenten.
No me imagino un día sin verte y creo que esta semana, a parte de un suplicio será la prueba final que determine si de verdad somos fuertes o no.
El coche aún está apagado, y las maletas todavía esperar a ser introducidas en el maletero, pero ya sé que hasta dentro de una semana no te volveré a ver... y eso me destruye por dentro...
Yo esperaré el día de mi regreso como si en vez de en un hotel estuviese en una sala de torturas. Espérame tú también.
Te quiero.