miércoles, 28 de julio de 2010

Zu meinem Mörderin



Porque eres la más importante.
Porque siempre estás ahí.
Porque aunque no hayamos distanciado eres la primera en la que pienso cuando oigo "amiga".
Porque sin ti aún seguiría "torturada" por las guays.
Porque tienes todo lo que una amiga puede desear.
Porque sé que puedo confiar en ti.
Porque nuestras fotos siempre han sido las mejores.
Porque tu número de teléfono es el único que me sé.
Porque me has ayudado cuando más te he necesitado.
Porque gracias a ti ahora puedo sonreír más que nunca.
Porque si ves que hago algo mal me lo dices.
Porque eres mi hija, y ante todo mi amiga.
Porque somos las únicas que quedamos desde el principio en el rol.
Porque te quierrrrrro puutaaa (rammstein)
Porque eres mi murderx.
Etc, etc, etc.

Podría llenar 100 mil folios con este tipo de motivos, pero esto son sólo palabras que pueden ser o no ciertas, por eso prefiero no escribirte más y demostrártelo todo en persona.
Siento que nos hayamos distanciado un poco, pero sabes que aunque no estemos todo el día juntas tú estás siempre en mi corazón.
Dicen que rectificar es de sabios, y creo que tanto tú como yo estamos a tiempo de hacerlo ¿no crees?



Te quiero pequeña.

martes, 27 de julio de 2010

Confiar



¿Confianza? Cuando no tengas en nada ni nadie en quién confiar, cuando no haya nadie a quién ofrecerle la tuya... confía en ti mismo, confía en que si quieres: puedes.
Confíate a ti mismo lo que nadie quiere, confíate a ti mismo lo que alguien ha despreciado.
Pero eso sólo hazlo cuando no tengas a nadie. Hasta entonces... intenta volar propulsado por un amigo de verdad.

@

Hay quien piensa que del amor al odio hay sólo un paso.

También hay de los que piensan que no tienen nada que ver y que algo muy grave debe de pasar para sentir una cosa y más tarde otra.

Yo soy de las que piensas que en un momento determinado puedes tener cariño a una persona, y a los dos segundos, odiarla con todas tus fuerzas.

¿Cómo es posible? Los acontecimientos ocurren sin orden aparente. Los hechos se suceden casi sin esperarlos. Y cosas eventuales llegan sin previo aviso para profundizar en lo más hondo y débil de tu ser.

Todo esto provoca que lo que antes te parecía negro, ahora sea blanco o rojo, según preferencias. Que lo que antes te era familiar ahora sea algo desconocido e inaudito. Que lo que hasta ahora había sido calor, sin sentirlo se convierta en frío glaciar.

Te preguntas cómo ha podido ocurrir y la única respuesta “lógica” es: Soy idiota. Aunque en realidad ¿Quién se consideraría más idiota? Piensas “No soy vengativa, no soy rencorosa y para nada mala persona. Entonces ¿qué pasa?” Pero no sabes qué contestarte. Tal vez sí eres eso que hasta ahora nunca habías sentido pero ¿quién eres tú para juzgarte a ti mismo/a?

En fin… nunca se sabrá por qué pasa eso, pero sí se puede intuir ¿o no…?

martes, 20 de julio de 2010

Acechando entre las sombras


...Y apareció de entre las sombras, como una bestia escondida mientras acecha a una presa. Sus ojos, brillantes por la excitación lucían un intenso color negro más propio del mismísimo demonio que de un simple humano. Saltó hacia su blanco, colérico después de lo sucedido y con la ira dibujada en la cara, transformada en una horrible mueca de dolor.
Él no era así, jamás lo había sido, pero tenía ante él al creador de sus desgracias, al culpable de su miseria, y eso hacía que su mente se transformara en la de un depredador, dejando a un lado su parte juiciosa y sensata. No le gustaba sacar a relucir su negro corazón ya silenciado, pero era algo involuntario, la simple imagen de aquel despojo "humano" hacía fluir el odio en sus venas...

martes, 13 de julio de 2010

Un paseo por la arena


Caminaba sola, sin rumbo, la fina brisa procedente de la orilla del mar alborotaba su melena y al mismo tiempo acariciaba su rostro con dulzura. Su vestido fino de algodón bailaba en torno a su frágil figura mecido por el aire. Los últimos rayos del sol despuntaban por el horizonte marino, y dibujaban en el agua destellos de mil colores que hacían brillar hasta el más oscuro rincón del océano.
Andaba descalza por la fina arena sintiendo como a cada paso que daba se alejaba más y más de la civilización. Allí, dónde las luces de neón del paseo marítimo no contaminaba el oscuro cielo, las estrellas que ya empezaban a iluminar todo con su presencia, aparecían claras y se podían apreciar todas y cada una de ellas. Las constelaciones que adornaban el manto negro como si fueran dibujos hechos con velitas parecían tener vida, parecían moverse para poder bajarse de ese lugar tan alto y proteger a la joven que seguía alejándose de la vida ruidosa y artificial.
El sol ya se había escondido por completo para dejar paso a un disco blanco, casi perfecto que proyectaba sobre el mar una luz blanca que hacía titilar las mil lucecitas que habían aparecido en los ojos de la joven.
Llevaba horas andando cuando por fin decidió sentarse en la seca y cálida arena.
Su mente vagaba por cada ola que rompía en la cercana orilla, por cada barco que surcaba el lejano horizonte o por cada gaviota despistada que volaba buscando algún pescado igual de despistado que ella.
No pensaba en nada concreto, simplemente prestaba máxima atención a lo que la rodeaba, no tenía miedo, pero estaba sola, muy lejos de la gente y no tenía nada con lo que poder defenderse, más que miedo sentía respeto.
Estaba absorta en el rumbo de una pequeña barca pesquera que parecía no saber muy bien dónde estaba cuando de repente unas manos firmes, pero muy delicadas al mismo tiempo le cubrieron los ojos. No se movió, sabía que si esas manos querían hacerle algo por mucho que forcejeara no conseguiría nada.
Por el tacto de las manos y el tamaño pudo adivinar que eran manos de hombre. Aferraban su cara con firmeza, pero en ningún momento le produjo dolor. Lentamente la giró, sin descubrir los ojos, y ella empezó a notar un olor dulzón procedente del chico que la había sorprendido. No era pesando, al contrario, era muy agradable.
Cuando el chico quitó sus manos...
...todo acabó.

lunes, 12 de julio de 2010

Demasiado bus..

Y volvemos a las calurosas calles de Daimiel.
Después 30 horas en el bus, después de nuestra guerra con los mosquito y de algún que otra rabieta, volvemos a la normalidad.
Llegamos tarde, cansados y con sueño. Después de instalarnos y de revisar los rincones en busca de posibles visitantes indeseados, las camas se unieron para lo que iba a ser una noche de cotilleos, conversaciones y consejos, para después dormir algo. Finalmente, además la noche esperada también fue una noche de ASESINATOS!! La población de mosquitos de Tomiño quedó reducida a la mitad después de esa noche...
Otro momento para recordar es la visita de Cásper, el fantasma que en vez de asustar, huye de sus víctimas.
Empieza a amanecer y nosotras seguimos sin dormir... los mosquitos no nos dejan. Cuando por fin conseguimos cerrar los ojos, ya es la hora de levantarse.
Una excursión un tanto cansada, tantas horas de autobús nos está afectado demasiado. Pero la tarde mejora cuando la piscina hace acto de presencia. Bombas, juegos, sol ¿qué más se puede pedir? Ah sí, nos falta gente... Virginia y Teresa, se os ha echado de menos.
Las actuación no sería de las mejores, pero tampoco de las peores.
Y de nuevo llega la noche, de también la piscina. El baño de madrugada fue inmejorable: risas, estrellas fugaces, etc.
Cuando llega el domingo llega nuestro regreso y otras diez horas de viaje, aunque esta vez tengo el incentivo de saber quién me espera en la estación...

No ha sido el mejor viaje, pero será uno para recordar siempre.

jueves, 8 de julio de 2010

Tierras Norteñas


Me dispongo a partir hacia el norte. Mañana sobre esta hora partiré hacia tierras desconocidas y dejaré atrás durante tres días mi pequeño pueblo.
Vaticino que serán tres días de risas, bromas, recuerdos, momentos inolvidables, y que dentro de un tiempo recordaremos y nos reiremos contándolo. Pero también serán tres días de añoranza por todo lo que queda en Daimiel, por todo lo que no veré durante 72 horas y que seguramente extrañaré.
Tres días... qué pronto se dice, pero qué despacio pasarán.
Bueno, siempre me queda el consuelo de que junto a mí, durante esos tres días, estarán personas a las que quiero, y a las que considero más que importantes: Cristina, Marta y Juan Diego, qué sería de mí sin vosotros. Qué sería de los viajes sin las mil y una tonterías de Marta, las muuuy extensas conversaciones de Cristina y yo mientras todos los demás duermen, los piques con Juan Diego en el fandango de Daimiel (los malditos dobles), tantas y tantas cosas que harán que las 72 horas que pasemos juntos sean casi perfectas. Sólo fallará una cosa...

Y ahora sólo me queda decir: !!Vamos chicos!! !!Que nos vamos a Tomiño!!


miércoles, 7 de julio de 2010

¿Fuego y hielo?

El hielo coronaba la cumbre de la montaña y sólo las nubes eran capaces de tocarlo. Agua y aire, buena combinación. Hasta ahora el hielo se había mantenido intacto, blanco, puro. Ni los pájaros se atrevían a rozar con sus alas lo que nadie había tocado alguna vez.
Entonces llegó él... El fuego, valiente y sin miedo se atrevió a desafiar a la naturaleza., a jugar con las leyes de ésta. Quería rozar el agua, derretir el hielo. Sabía que no estaba bien, sabía que no debía, pero aun así la necesidad de peligro le animó a subir. Y cuando por fin se tocaron...

¿Quién dijo que el fuego y el hielo no se podían llevar bien?

lunes, 5 de julio de 2010

Y ya estamos en julio...

¿Y qué pasa cuando sientes que tu vida no te lleva a ningún sitio?
¿Qué se siente al saber que todo lo que haces servirá de poco?
¿Qué se puede hacer cuando todo está en tu contra?
¿A quién hay que culpar de tu desgracia si intuyes que toda la culpa es tuya?

Todo se puede contestar con una sola palabra... Resignación.